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  • Foto del escritorRosmary Sánchez Zavala

Mi hijo ha visto pornografía

Esta #consultaonline la he recibido en varios formatos “le encontré viendo pornografía -solo o con amigos-“, “me contó que un amigo del colegio les compartió -o hizo ver- pornografía”, “vio por error pornografía en nuestros dispositivo -tv, pc, celulares, tableta-“ , sea cual sea el caso, la exposición de un niño a una experiencia sexual de este tipo es más frecuente de lo que imaginamos y tendrá sus consecuencias en función del acompañamiento que hagamos como padres a esta vivencia.

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De entrada los medios sexualmente explícitos cómo el porno están ahí y son fácilmente accesibles, en especial si un niño tiene acceso independiente a dispositivos / videojuegos / internet / redes sociales / televisión o si pasa tiempo con otros niños que tienen estos espacios, como compañeros, hermanos mayores / miembros de la familia, bien sea en la escuela cualquier espacio fuera del hogar. De este modo y frente a esta dinámica, aumenta la probabilidad de que puedan encontrar u oír hablar de medios sexualmente explícitos, y por ende necesitan información y apoyo que les ayude a interpretar lo que puedan ver, oír o sentir de cara a esta vivencia.

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Claramente un niño no está equipado emocional y psíquicamente para integrar el contenido sexualmente explícito de manera indiscriminada a su sistema de representaciones sobre la dinámica del respeto a su cuerpo y del otro, intimidad y relaciones interpersonales sanas o equilibradas, el consentimiento, la imagen corporal y la dinámica de privacidad o placer que define las prácticas sexuales. Es por ello que nuestro rol principal es protegerlos de la exposición temprana a estas experiencias en la misma medida en la que les acompañamos a integrar estos conceptos sin demonizar la experiencia.

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Pero ¿qué hacer si mi hijo ha vivido o está viviendo experiencias con el contenido sexualmente explícito a través de la pornografía?


  1. Abra un espacio de escucha cercana y activa que no juzga, lejos de la culpa, el castigo, la vergüenza o la recriminación de la experiencia. En su lugar valide sus curiosidades, permitiéndose a través del esto que el niño desarrollen perspectivas educadas sobre temas como imagen corporal, respeto al otro, género, rol de las mujeres u hombres, intimidad, relaciones emocionales sanas, etc.. De este modo, ayude a que su hijo se sienta apoyado en su necesidad de información para que así logre tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y salud sexual.

  2. Aproveche el momento para definir su relación con este contenido, ejemplo “no me gusta que veas pornografía porque lo que te venden sobre el sexo es irreal”. Por ello de ser necesario, haga a sus hijos participes de normativas de convivencia sobre el uso de dispositivos o de decisiones sobre: -Restringir contenido. -Cambiar el espacio donde se hace uso de los dispositivos. -Limitar las invitaciones de algunos amigos que consumen este material.

  3. Las conversaciones sobre pornografía con nuestros hijos no son el momento de demoniza la experiencia. Tampoco es el momento de paralizarse por el miedo. En su lugar es una oportunidad para dar un paso adelante y apoyarnos en nuestro papel como mentores e influyentes en su vida. Hablar sobre ello con naturalidad, conexión, desde lo positivo, mostrando cercanía y utilizando un lenguaje accesible a los niños (explicando de manera sencilla y concisa), donde la tranquilidad y el ambiente de confianza sean la prioridad.

  4. Pregúntese que le ha llevado a ver pornografía (en caso de que sea su hijo quien ha elegido verla) las razones pueden ser muy diversas, desde curiosidad hasta sentirse perteneciente a un grupo en específico, al nombrar esto, podemos encontrar modos más sanos y equilibrados de satisfacer la necesidad que subyace.

  5. Utilice argumentos reales que den sentido a la verdadera experiencia sobre la sexualidad, creando espacios para hablar sobre el tema que subyace a la idea de las dinámicas sexuales que se ven en la pornografía. Conecte estas ideas con historias reales de relaciones emocionales sanas y de respeto al cuerpo tanto propio, como del otro. Puede usar sus experiencias personales sobre el tema.

  6. Si el niño esta angustiado o ansioso por el tema, habla repetidamente de su experiencia, le cuesta dormir, o ha experimentado otras alteraciones en rutinas y dinámicas, en primer lugar valide esas emociones, mientras muestra que es algo que puede ocurrir y que usted está para ayudarle a superar esta tensión. Si nota que la experiencia ha sido abrumadora, contacte un espacio de ayuda profesional.

  7. Cuando un niño ha estado expuesto a temprana edad y sin acompañamiento sucesivo a experiencias de este tipo, actitudes como agresión, violencia, acoso, disfuncionalidad sobre lo sexual (tanto actitudes como comportamientos erotizados irreales como los que se ven en la pornografía, así como incremento de la posibilidad de la adicción), pueden aparecer, de modo que el acompañamiento terapéutico profesional puede ser clave en estas etapas.

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Recuerda que si requiere acompañamiento para manejar esta y otras situaciones asociadas a tu proceso de crianza con tus hijos en mipsicomama contamos con un espacio de consultas online, solicite información a través de info@mipsicomama.com


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